Este examen no requiere sedación.
Consiste en introducir por la nariz una sonda delgada, con un electrodo en su extremo que queda colocado en el esófago por arriba del esfínter esofágico inferior.
Esta sonda va conectada a un pequeño equipo portátil, tipo grabadora, que registra durante un periodo de 24 horas todos los síntomas de reflujo que el paciente experimenta y los cambios en el pH del esófago.
Durante el tiempo que dure el examen el paciente debe realizar sus actividades cotidianas como trabajar, hacer ejercicio, dormir, comer (dieta común) y tomar los medicamentos para enfermedades de base (corazón, pulmón, diabetes, etc).
El examen asocia la información de la actividad diaria del paciente (comidas, actividad física, posición, síntomas, etc) que el paciente registrará en un diario y a través de la grabadora que llevará en su cintura.
Estos datos son almacenados y transferidos a un computador y luego son analizados e informados por un software especializado que correlacionará los diferentes síntomas, actividades y posiciones que el paciente experimento durante este periodo.
A las 24 horas, se retira la sonda al paciente y se descarga la información de la grabadora.